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“EL CAMELLO CHEPÍN”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un día se encontró con una serpiente que intentaba luchar con un escorpión, éste era muy pequeño pero tenía unas grandes pinzas, con una cola erguida y en la punta un aguijón con veneno y la serpiente era marrón con una lengua muy larga que sacaba continuamente, y en la cola tenía algo enroscado que sonaba muy raro.

El camello Chepín los miraba y no entendía porque estos dos se peleaban, hasta que harto de verlos enzarzados en una lucha interminable, se puso en medio de ellos y les dijo:

-¡Basta ya! Lleváis una hora luchando… ¿y no pensáis parar para hablar e intentar solucionar las cosas no peleando?

El escorpión y la serpiente se quedaron parados y preguntaron al camello:

- ¿Y para que vamos a solucionar las cosas hablando cuando podemos pelear como hemos hecho siempre?

El camello los miró y les dijo:

- ¿Acaso sabéis por qué peleáis?

Y el escorpión le respondió:  

-No, pero siempre que me veo con  esta serpiente me peleo y ni tan siquiera sé cómo se llama la verdad,  pero es que me hace ese ruido y creo que me dice cosas feas y la ataco.

Entonces el camello se sentó al lado de los dos animales y empezó a hacerles preguntas:

- ¿Cómo te llamas escorpión? Éste le contestó:

- Yo me llamo Pincitas.

Y el camello Chepín preguntó a la serpiente:

-¿Cómo te llamas serpiente? Y ésta le contestó:

- Me llamo Sispa.

- ¿Y a qué os dedicáis?

Así estuvo un buen rato haciéndolos preguntas, hasta que el escorpión y la serpiente empezaron a hablar y empezaron a saber cosas el uno de la otra, y empezaron a compartir aventuras y a reírse de las cosas que se contaban, ¡fíjate! tan buenas migas hicieron que se  prometieron que nunca más, cuando se volvieran a ver, se pelearían, si no que al hacer la serpiente su ruido, el escorpión le contestaría con otro ruido que él sabía hacer. Entonces el camello se empezó a sentir muy bien, a lo mejor uno de sus trabajos podía ser hacer amigos a los animales que regañaban, intentando que se conocieran un poco más y que se perdonaran, podría ser el pacificador del desierto, imaginaos podría llamarse: Chepín el doctor en buenos amigos.

¡Y colorín colorado esta mini historia se ha acabado!

Érase una vez hace mucho, mucho tiempo, vivía en el desierto un camello llamado Chepín, este camello se dedicaba a vagar por el desierto sin tener nada que hacer en todo el día, sólo iba de un lado a otro del desierto mirando a las musarañas, él veía que todos los animales tenían un oficio, veía a las cabras que daban su leche y su piel a los hombres, veía a los ratones que recogían comida para alimentar a sus crías, veía a los escarabajos como hacían rodar sus pelotas para guardarlas bien redondas en sus agujeros, etc. Pero él se conformaba con las pequeñas hierbecillas que crecían para alimentarse y con la poquita agua que veía, él tenía claro que no quería trabajar porque a él no se le daba bien nada y eso le ponía un poco triste . 

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